La Dermatitis atópica – En los niños

La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que se suele presentar en los primeros años de vida y se manifiesta con una piel seca que tiene tendencia a inflamarse (con rojeces e irritación) y a producir picor.

La enfermedad atópica tiene una predisposición hereditaria, es decir, un niño tiene mayor riesgo de padecer dermatitis atópica si alguno de sus progenitores sufre o ha sufrido dermatitis atópica, asma, rinitis o conjuntivitis alérgica.

Se trata de una enfermedad crónica que cursa a brotes que deben tratarse con antiinflamatorios tópicos (en casos severos) o con emulsiones hidrantes especiales (en brotes moderados). Durante los periodos de calma, los niños con atopia deben seguir unos cuidados especiales de su piel e intentar evitar los factores desencadenantes del brote (como la hipersudoración, los cambios de temperatura, los alérgenos ambientales o los elementos irritantes).

La aparición de la dermatitis atópica en los bebés puede conllevar cierta preocupación en los padres al tratarse de una situación nueva. Conocer la enfermedad y tener información suficiente disminuirá la sensación de desconcierto y permitirá la adquisición de nuevos hábitos familiares para convivir con la dermatitis atópica y facilitar la autonomía personal de los niños en su autocuidado.

Aunque no se pueden evitar por completo los brotes, con un tratamiento preventivo adecuado se puede minimizar la intensidad y el número de brotes del niño.

Psicóloga adjunta del Servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y miembro de la European Society of Dermatology and Psychiatry y del Grupo Español de Dermatología y Psiquiatría. También forma parte del equipo de la Escuela de atopia del Hospital de Sant Pau.

Médico adjunta de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) y especialista en dermatología pediátrica en la Clínica multidisciplinar Dermik. Forma parte del equipo de la Escuela de atopia del Hospital de Sant Pau.

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