Para muchas personas con acné, los tratamientos dermocosméticos no son lo suficientemente efectivos, especialmente en casos más severos como el acné pápulo-pustuloso o conglobata. La buena noticia es que existen tratamientos médicos recetados que son eficaces y que, cuanto antes se inicien, menor será el riesgo de experimentar daños físicos y emocionales a largo plazo.
Signos y síntomas
Conociendo los cuatro factores del acné y las opciones de tratamiento médico
Antes de seleccionar un tratamiento, es esencial identificar los síntomas que están causando el problema. Los tratamientos para el acné leve a moderado generalmente se centran en uno o más de los cuatro factores relacionados con el desarrollo de la condición.
Estos tratamientos funcionan a través de:
- Disminuir la producción de sebo, lo que ayuda a controlar la seborrea.
- Acelerar la renovación de las células superficiales de la piel (descamación), contribuyendo a combatir la hiperqueratosis.
- Eliminar la infección bacteriana provocada por la colonización microbiana.
- Reducir la inflamación, lo que ayuda a minimizar las marcas, pápulas y pústulas.
¿De qué tratamientos médicos se dispone?
Entre las medicaciones efectivas que pueden utilizarse para tratar el acné destacan las siguientes:
- Retinoides tópicos
- Peróxido de benzoilo
- Antimicrobianos tópicos
- Ácido azeláico
- Antibióticos orales
- Isotetrinoína oral
- Anticonceptivos orales
Estos medicamentos se utilizan aislados o combinados, y el dermatólogo prescribirá la medicación apropiada en función de la gravedad de los síntomas.
El tratamiento médico del acné sigue un estricto patrón internacional para asegurar que dermatólogos y médicos sean coherentes en su tratamiento. Esta norma, basada en datos científicos*, proporciona a los médicos en ejercicio información sobre qué tratamientos o qué combinación de tratamientos utilizar, en función de la gravedad del acné y los síntomas individuales. Ofrece alternativas para tener en cuenta tipos de piel diferentes, así como opciones, si procede, para pacientes femeninos.
Dado que ciertos medicamentos de prescripción por vía oral para el acné no deben utilizarse durante el embarazo, especialmente en el curso del primer trimestre, los dermatólogos y los médicos pueden sugerir alternativas.
Es importante señalar que el tratamiento del acné, tanto medicinal como no medicinal, requiere tiempo para mostrar resultados.
Aunque generalmente se espera una mejoría entre cuatro y ocho semanas, en algunos casos puede extenderse hasta tres meses, y los síntomas pueden empeorar antes de mejorar. Debido a que es común que los pacientes se desanimen y abandonen el tratamiento, es crucial perseverar y seguir las indicaciones, incluso si no se observa una mejora inmediata.
Efectos secundarios de la medicación del acné
La medicación puede producir algunos efectos secundarios. Por ejemplo, piel seca o sensibilidad a la luz. Estos síntomas pueden ser contrarrestados con el uso de productos hidratantes coadyuvantes para la piel propensa al acné, como DermoPure oil control Fluido Facial Hidratante Matificante. Puede utilizarse junto al tratamiento médico estándar del acné para hidratar intensivamente y calmar la piel con acné reseca.
* Nast, A.; Dréno, B.; Degitz, K. et al. (2012), European Evidence-based (S3) Guidelines for the Treatment of Acne, Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 26, p. 1–29.
Causas y desencadenantes
Causas y desencadenantes principales del acné
Hormonas. La mayoría de los casos de acné son provocados por la reacción de las glándulas sebáceas a las hormonas androgénicas. Estas glándulas responden a las hormonas circulantes produciendo un exceso de sebo.
La combinación de sebo en exceso (seborrea) y un desbalance en el desprendimiento de las células de la piel provoca un agrandamiento de las glándulas sebáceas y la formación de granos. Estos pueden ser colonizados por ciertas bacterias, lo que lleva a que la piel se vea enrojecida e inflamada.
Este proceso es muy común en los adolescentes, ya que tanto los chicos como las chicas experimentan un aumento de andrógenos durante la pubertad. Hasta el 90% de los adolescentes presentan alguna forma de acné, aunque este tiende a mejorar con la edad. Sin embargo, el acné puede presentarse en personas de todas las edades: hasta el 80% de los casos de acné en adultos se registran en mujeres que experimentan cambios hormonales. Esto puede ocurrir durante el embarazo, la menstruación o en situaciones relacionadas con hormonas, como el síndrome de ovario poliquístico.
Bacterias. Las personas con piel propensa al acné suelen tener un cutis graso y brillante, lo que crea un entorno favorable para la proliferación de las bacterias del acné, generalmente inofensivas (Propionibacterium acnes). Esto puede provocar irritación e inflamación en las glándulas sebáceas agrandadas.
Genética. Otra teoría sobre por qué algunas personas son más susceptibles al acné que otras está relacionada con la genética. Aunque no se trata de un proceso hereditario, existe cierta conexión entre el acné en los padres y una mayor probabilidad de que sus hijos también lo padezcan. Además, es más probable que los hijos de personas que sufren acné en la adultez también experimenten este problema.
Medicación. Por último, se ha observado que ciertos medicamentos, como los esteroides y el litio, pueden desencadenar acné en individuos predispuestos a esta condición.
Mitos del acné
Además de las causas confirmadas, existen numerosos mitos sobre el acné, muchos de los cuales son injustos para quienes lo padecen. Por ejemplo, no es cierto que las personas con piel propensa al acné sean poco higiénicas: de hecho, es más probable que la piel sufra daños debido a una limpieza excesiva que por una limpieza insuficiente.
Asimismo, la afirmación de que una dieta poco saludable provoca acné también es incorrecta: aunque es preferible llevar una alimentación equilibrada, los alimentos grasos y el chocolate tienen un impacto mínimo en la aparición del acné.
Las personas con piel propensa al acné no solo enfrentan un desafío físico, sino que también pueden experimentar un impacto psicológico. Las manchas y pápulas en el rostro son difíciles de ocultar, lo que puede llevar a la pérdida de autoconfianza y autoestima. Además, algunas de las estrategias que se emplean para disimular el problema, como el uso de maquillaje pesado o cubrirse el rostro con el cabello, pueden empeorar la situación; también, dejarse crecer la barba puede dificultar la aplicación de tratamientos tópicos.
La buena noticia es que hay tratamientos disponibles, y, cuanto antes se inicien, menor será el riesgo de sufrir daños físicos y emocionales a largo plazo. Además de los tratamientos médicos que estamos comentando en este artículo, existen también tratamientos no medicinales del acné.
Factores contribuyentes del acné
Principales factores contribuyentes
Los síntomas varían de una persona a otra, y hay algunas que responden de un modo diferente a los alimentos o al entorno. Algunos de los factores más corrientes que, según se ha llegado a saber, agravan la piel propensa al acné son los siguientes:
- Ingerir un exceso de hidratos de carbono de cadena corta (azúcar y harina blanca).
- Ingestiones elevadas de leche y otros productos lácteos (aunque el queso no parece constituir un problema).
- Fumar.
- Productos para el cuidado cutáneo y maquillaje comedogénico.
Aviso
Es importante pedir asesoramiento dermatológico, incluso si los síntomas son leves o se encuentran en sus etapas iniciales, dado que un tratamiento médico eficaz puede prevenir el empeoramiento del proceso y minimizar el riesgo de retracción cicatricial.
Hay también algunas reglas más generales que deben seguirse para evitar la aparición de espinillas y granos en la cara:
- Utilizar agua tibia en lugar de caliente o fría.
- Aplicar únicamente cuidado cutáneo no comedogénico.
- Utilizar un maquillaje que no ocluya los poros.
- Utilizar un limpiador apropiado antes de acostarse para eliminar la suciedad y preparar la piel para la absorción de medicamentos.
- Dejar que los granos y espinillas curen de forma natural; exprimirlas sólo empeora el proceso.
Soluciones
Tratamientos médicos para los síntomas del acné
Aunque no existe "cura" para el acné, los síntomas pueden tratarse utilizando terapias médicas y no médicas. Suelen aconsejarse procedimientos médicos para las formas más graves de acné o cuando se han probado alternativas no médicas sin conseguir resultados. La primera opción terapéutica para el acné grave sería el uso de gel, crema o loción tópica.
Entre los tratamientos médicos destacan los siguientes:
- Retinoides tópicos como tretinoína y adapaleno. Dado que los retinoides tópicos actúan sobre la queratinización anormal y son también antiinflamatorios, son útiles tanto para el acné comedogénico como para el acné inflamatorio.
- El peroxido de benzoilo contribuye a evitar que la piel muerta bloquee los folículos pilosos y también destruye las bacterias que causan infección.
- Los antimicrobianos tópicos (antibióticos tópicos) ayudan a destruir las bacterias sobre la piel que pueden infectar los folículos pilosos taponados. Siempre deben combinarse con el peroxido de bezoilo con objeto de prevenir el desarrollo de resistencias bacterianas.
- El ácido azeláico se utiliza a menudo como tratamiento alternativo para librar la piel de células cutáneas muertas y destruir bacterias. Suele prescribirse si los pacientes experimentan efectos secundarios con el peróxido de benzoilo o los retinoides tópicos.
Los tratamientos tópicos pueden combinarse con antibióticos por vía oral (predominantemente tetraciclinas o eritromicina).
Si así no se obtienen resultados puede prescribirse una medicación denominada isotretinoína. Las terapias hormonales pueden ser también eficaces en mujeres afectadas de acné, dado que suprimen los estrógenos, la actividad de las glándulas sebáceas y disminuyen la formación de andrógenos ováricos y suprarrenales.
Igual que con cualquier medicación, se conocen efectos secundarios de determinados tratamientos medicinales del acné. Entre ellos se incluye la sequedad cutánea y la sensibilidad al sol; sin embargo, estos efectos pueden contrarrestarse frecuentemente con el uso de cuidado hidratante coadyuvante para la piel propensa al acné, como el DermoPURE Oil Control Fluido Facial Hidratante. Es importante que los pacientes que siguen tratamientos para el acné utilicen una protección solar diaria adaptada a las necesidades de la piel grasa y propensa al acné, como Sun Gel-Creme Oil Control Dry Touch FPS 50+/30. Además de filtrar los dañinos rayos UVA y UVB, su fórmula ofrece protección biológica a las células y una Tecnología de Control de la Grasa, exclusiva, con L-carnitina, para regular la producción de sebo y para conseguir un tono mate, seco y duradero de la piel.