Los dermatólogos suelen recomendar la terapia con láser para tratar los signos de envejecimiento o las dermatosis, como la hiperpigmentación y las cicatrices del acné. En este artículo se explica cómo funciona la terapia con láser y describe los diferentes tipos de tratamiento con láser. Exploramos cuáles podrían ser las posibles alternativas y el mejor modo de cuidar la piel y ayudar a regenerarla después del tratamiento con láser.
¿Qué es la terapia con láser?
La palabra LÁSER es una abreviación de amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación (Light Amplification of Stimulated Emission of Radiation, en inglés). Esta definición describe el modo en que funciona el láser: rayos de luz generados artificialmente, controlados y usados para penetrar en el tejido humano para corregir una serie de problemas médicos y estéticos.
En resumen, las zonas problemáticas de la piel son “golpeadas” con luz de alta energía. Esta luz se transforma en calor y trabaja en la zona deseada. Los tratamientos más suaves se dirigen a la epidermis de la piel (la capa superficial), mientras que los más intensos pueden penetrar en las capas más profundas de la piel.
La terapia con láser ofrece un tratamiento más preciso que un peeling químico y se usa para reducir o eliminar:
- Líneas de expresión y arrugas
- Venas varicosas
- Rosácea
- Problemas de hiperpigmentación como manchas producidas por la edad (también conocidas como manchas producidas por el sol) y marcas del acné
- Cicatrices (incluidas las cicatrices producidas por el acné)
- Marcas de nacimiento
- Vello no deseado
- Tatuajes
¿Cuáles son los diferentes tipos de tratamiento con láser?
Existen muchos tipos de láseres usados con fines estéticos, pero se pueden agrupar en dos grandes categorías: láseres ablativos y no ablativos.