Dermatitis atópica facial – Diagnóstico y tratamiento de sus síntomas en la cara

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La dermatitis atópica es una enfermedad dermatológica muy común que se presenta en la cara y en el cuerpo, cuyo síntoma principal es una piel constantemente seca e irritable. Los afectados suelen indicar que sufren dos fases.: una fase inactiva (también llamada de "interbrotes") en que la piel facial está seca y es irritable, pero los síntomas se pueden controlar; y una fase activa, que también se conoce como fase de "brotes" en la que la piel se inflama y presenta picor. Durante el brote, es necesario aplicar un tratamiento dermatológico más intensivo, con cuidados dermocosméticos o farmacológicos.

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Signos y síntomas

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica, que también se conoce como eccema atópico, es una enfermedad de la piel que afecta a bebés, niños y adultos – en el cuerpo y en la cara. Se caracteriza porque la piel está seca, irritada y con picores y se va engrosando, pudiendo presentarse grietas y a veces sangrado. No hay una sola causa conocida pero los afectados presentan una deficiencia en la hidratación y una alteración en el metabolismo de los ácidos grasos que desemboca en una alteración de la función barrera de la piel.

1. La función barrera alterada facilita la invasión de microorganismos. 2. Activación de las células inmunes, inflamación 3. Picor

Aproximadamente el 10% de la población mundial (entre el 10% y el 20% de los niños y el 2% y el 5% de los adultos) está afectada; los casos van en aumento. De hecho durante los últimos 30 años el número de casos ha crecido en un 200-300%.

La dermatitis atópica es más común en bebés y en niños. El 90% de los pacientes presentó los primeros síntomas antes de cumplir cinco años y el 80% antes de cumplir los dos años de edad. Las evidencias indican que existe un número ligeramente mayor de mujeres que de varones afectados y que resulta ser una enfermedad fundamentalmente del mundo occidental.

La piel atópica pasa por dos fases: inactiva (o "interbrotes") y activa (o "brote).

Durante  la fase de interbrotes, la piel facial puede estar de seca a muy seca, ligeramente descamada, de rosada a enrojecida y las áreas afectadas - que suelen ser por lo general las mejillas, el cuero cabelludo, la frente, alrededor de los ojos y detrás de las orejas -pueden presentar pequeñas grietas cicatrizadas.

La fase con mayores molestias, tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista psicológico, es la fase de brote caracterizada por: picores de ligeros a intensos y la piel facial enrojecida o muy enrojecida, de aspecto desigual, inflamada, con dolor, descamación e incluso ligero sangrado.

Atención

Si tienes dudas sobre los síntomas, consulta con el médico de familia, el dermatólogo o el pediatra.

Causas y desencadenantes

Posibles causas y factores desencadenantes de la dermatitis atópica

Hasta ahora, no se ha identificado una sola causa de la enfermedad, aunque se piensa que diversos factores contribuyen a la aparición de la dermatitis atópica.

Por ejemplo:

  • Existen vínculos demostrados entre la dermatitis atópica, la fiebre del heno y el asma. Las evidencias indican que si uno de los padres o los dos sufre de alguna de estas enfermedades (o de todas ellas), es más probable que sus hijos acaben sufriendo dermatitis atópica. De hecho, si ambos padres sufren de piel atópica, existe un 60-80% de probabilidades de que sus hijos también la tengan. Los niños heredan de sus padres la deficiencia en filagrina que les deja con carencias en la hidratación natural.
  • La ubicación geográfica puede jugar un gran papel en la aparición de la enfermedad. Es muchísimo más prevalente en el mundo occidental y los casos son significativamente más frecuentes en las ciudades que en el campo. Los climas fríos también parecen incrementar el riesgo. Por ejemplo, los niños jamaicanos tienen el doble de probabilidades de sufrir dermatitis atópica si crecen en Londres (donde la contaminación es alta y las temperaturas relativamente bajas) que si viven en Jamaica.
  • Además hay algunas evidencias de que la edad de la madre al dar a luz tiene una relación directa con el riesgo de que el niño sufra dermatitis atópica: cuanto mayor sea la madre al dar a luz, mayores probabilidades habrá.

Estos factores patógenos dan lugar a una piel seca que tiene alterada su función barrera.

Cuando los afectados se rascan, dañan la barrera cutánea con lo cual las capas subyacentes quedan expuestas a las infecciones bacterianas y las influencias medioambientales como las de los irritantes, los alérgenos y la contaminación.

Ciclo de la piel atópica

Factores complementarios

Existen diversos tejidos o productos químicos que pueden contribuir o agravar los síntomas ya existentes, como por ejemplo:

  • Prendas de vestir: en particular los de lana y nylon 
  • Determinados alimentos: lácteos, frutos secos, mariscos, etc.
  • Bebidas alcohólicas
  • Alergias a los ácaros domésticos, al polvo o al polen
  • Detergentes
  • Formaldehído
  • Tabaquismo 

Además existen factores desencadenantes de tipo emocional que pueden influir en los síntomas, como por ejemplo:
  • estrés
  • falta de sueño
  • sudor

Más información sobre los factores que pueden influir en la piel.

Soluciones

Tratamiento de los síntomas de la dermatitis atópica durante los brotes.

Aunque no existe "cura" para la dermatitis atópica, los síntomas de ambas fases, brotes e interbrotes  se pueden aliviar con cuidados dermocosméticos y con productos farmacéuticos.

Emolientes

Durante las fases de interbrotes, los emolientes (o hidratantes) se deben utilizar con regularidad y de manera homogénea todos los días. Estas cremas, lociones y aceites contienen lípidos altamente concentrados para facilitar que la piel se mantenga suave y flexible, hidratada y protegida frente a los agentes irritantes. Como la piel está hidratada pica menos y la barrera dérmica tiene menos probabilidades de resultar lesionada debido al rascado.

Los ingredientes que se encuentran con frecuencia en los emolientes son:

  • Ácidos grasos omega 6 procedentes del aceite de onagra y del aceite de semilla de uva. Estos factores suavizan y nutren la piel enferma a la vez que reponen la barrera protectora natural de la piel.
  • Licocalcón A (un extracto de la raíz de la regaliz). Se trata de un antioxidante y antiinflamatorio natural que reduce el enrojecimiento y calma la inflamación.

Cuidado intensivo de la piel

Durante los brotes es necesario aplicar un cuidado más intensivo para que se pueda reducir cualquier inflamación o picor. Los productos farmacéuticos suelen utilizar corticoides ya que son muy efectivos y de rápida acción, y alivian los picores en los casos de brotes agudos. Sin embargo, la hidrocortisona no se puede utilizar de manera prolongada - mucho menos en bebés y niños - ya que su uso prolongado puede causar un adelgazamiento de la piel. Además, no se puede aplicar sobre grandes superficies de la piel y pierde su eficacia si se utiliza de forma continuada.

Eucerin AtopiControl Crema Forte mejora de manera significativa el aspecto de la piel y permite reducir la utilización de hidrocortisona durante los brotes. Un estudio clínico ha demostrado que Eucerin AtopiControl Crema Forte tiene un efecto sobre la piel atópica comparable al de las cremas con 1% de hidrocortisona. Eucerin AtopiControl Crema Forte no es un producto farmacéutico y no pretende sustituir ninguno de ellos.

Se utiliza como un producto coadyuvante al tratamiento farmacológico definido.

Cuidado diario personal para la dermatitis atópica facial

Los afectados también pueden realizar algunos cambios en sus hábitos para reducir las molestias que causa la enfermedad.

Por ejemplo:

  • Mantener las temperaturas frías, en particular por la noche. El sudor causa irritación y picor.
  • Conservar las cremas y los ungüentos en el frigorífico permite que estos emolientes estén fríos con el consiguiente alivio del picor.
  • Escribir un diario con datos sobre el medio ambiente y los hábitos alimenticios para identificar los síntomas desencadenantes.
  • Pasar las vacaciones en lugares adecuados desde el punto de vista climático, como el Mar del Norte, el Atlántico, el Mar Muerto, el Mar Mediterráneo o las zonas de alta montaña.
  • Hacer yoga o medicación para reducir el estrés
  • Dar golpecitos en la piel en lugar de rascarla. Ambos alivian la piel, pero dar golpecitos no deteriora la barrera dérmica.
  • Mantener cortas las uñas de los niños, bien limadas, para reducir los daños que provoca el rascado.
  • Utilizar guantes de algodón por la noche para evitar rascarse mientras duerme.
  • Tomar duchas en lugar de baños, manteniendo la temperatura del agua por debajo de los 32° y no utilizar la ducha con excesiva frecuencia. 
  • Secar la piel aplicando golpecitos con la toalla y, a continuación, aplicar crema o loción directamente.
  • Evitar agentes irritantes como son las esponjas duras.

Atención

Si no estás seguro sobre el tratamiento a seguir, consulta con el médico de familia, el dermatólogo o el pediatra.

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